Mientras la nación de Sri Lanka enfrenta su peor crisis política y económica en los últimos años, la vida de la gente común se ha visto gravemente afectada. Las protestas antigubernamentales han dado lugar a una represión por parte de las autoridades, introduciendo medidas restrictivas para frenar los disturbios, incluidos toques de queda en todo el país. Desafortunadamente, a medida que los funcionarios toman medidas, algunos han contravenido los derechos de los ciudadanos. Existe una creciente preocupación de que la iglesia quede atrapada en medio de la situación y sujeta a una mayor discriminación por parte de las autoridades a medida que aplican las nuevas restricciones. En particular, las reuniones como los servicios religiosos y las reuniones de oración corren el riesgo de ser objeto de ataques.

Gran parte del problema se origina en la escasez de combustible del país, lo que genera problemas de distribución y escasez de productos. Los precios han aumentado dramáticamente y los ciudadanos consternados han salido a las calles a protestar. La inquietante situación ha llevado a la renuncia del primer ministro del país, ya que la gente ha culpado de los problemas sociales a la inacción del gobierno.

Durante los primeros tres meses de 2022, la NCEASL documentó 31 incidentes de violencia e intolerancia contra cristianos en el país. Más comúnmente, los perpetradores han sido figuras públicas. Para otros relatos de opresión contra nuestros hermanos y hermanas en Cristo de Sri Lanka, vaya a nuestro informe de país .

Por favor, oren para que el «Príncipe de la Paz» brinde un ministerio muy necesario entre la gente que sufre de Sri Lanka, mediando a través de Sus servidores dedicados a pesar de la oposición que encuentran de miembros de la comunidad descontentos, líderes de otros grupos religiosos y funcionarios gubernamentales. Mientras esta nación lucha por recuperar su equilibrio, pídale al Señor que también otorgue sabiduría y guía a quienes supervisan los diversos aspectos de su gobierno. En medio de la inestabilidad política actual y la incertidumbre, que los líderes de la iglesia de Sri Lanka sean una gran fuente de estabilidad, extendiendo la esperanza inquebrantable del Evangelio.