¿QUE VIENE JUNTO AL PAQUETE DE LA OSCURIDAD? Diciembre 22 de 2012
«Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abraham y he aquí que el pavor de una grande obscuridad cayó sobre él.»
(Génesis 15: 12.)
Por último el sol desapareció y la noche veloz del oriente arrojó su pesado velo sobre el escenario. Cansado por conflictos mentales, las vigilias y los esfuerzos del día, Abraham se quedó profundamente dormido. En su sueño, su alma estaba oprimida por una
obscuridad tan densa y terrible que casi le ahogó y se le colocó como una gran pesadilla sobre su corazón.
¿Comprendes algo acerca del horror de aquella obscuridad? Cuando algouna aflicción terrible parece tan difícil de reconciliar con el amor perfecto que llega a oprimir el alma y a arrancarle la paz y sosiego de la misericordia de Dios y la lanza a un mar sin un rayo de esperanza; cuando la malicia y la crueldad maltratan al corazón que confía, hasta que empieza a dudar si existe un Dios arriba que puede ver y permite que ésto acontezca, entonces es cuando se sabe algo del «horror de la gran obscuridad.» El alma humana está hecha de esplendor y obscuridad; de sombra y sol; de grandes vestigios nebulosos seguidos de rayos esplendorosos de luz, y en medio de todo, la justicia Divina está obrando sus propios planes, los cuales afectan tanto a otros como al alma individual, la cual parece ser el sujeto de una disciplina especial. Todos los que estáis sitiados por el horror de las grandes tinieblas a causa de la manera que Dios
obra con el género humano, aprended a confiar en aquella sabiduría infalible la cual es coasesora con la justicia inmutable; y sabed que Aquel que pasó por medio del horror de las tinieblas del Calvario con el grito de abandono, está dispuesto a acompañarte por el valle de la sombra de muerte hasta que veas brillar el sol por el otro lado. Echemos hacia adelante por medio de nuestro Precursor, el ancora de la Esperanza dentro del velo que nos separa de lo invisible, donde se agarrará y no se moverá hasta el día en que vislumbremos la aurora y la seguiremos hasta el puerto que Dios nos ha garantizado con Su admirable consejo inmutable.
-F. B. Meyer.
Los discípulos creyeron que la mar enfurecida los separaba de Jesús. Y aún mas, algunos de ellos pensaron peor todavía; creían que la aflicción en que se encontraban era una señal de que Jesús los había olvidado por completo y no se cuidaba de ellos. Querido amigo, ahí es donde la aflicción tiene su estímulo, cuando el diablo susurra y dice, «Dios te ha olvidado; Dios te ha abandonado,» cuando tu incrédulo corazón grita como lo hizo el de Gedeón, «Si el Señor está con nosotros. ¿porqué nos acontece todo ésto’?» El mal te ha visitado para acercarte más a Dios. El mal no te ha sobrevenido para separarte de Jesús, sino para adherirte a El con más fidelidad, tenacidad y más simpleza.
-F. S. Webster, M.A.
Cuando parece que Dios nos ha abandonado, es cuando debemos de confiar más en El. Regocijémonos en la luz y en el consuelo cuando a El le place darnos ésto, pero no nos apeguemos a Sus dádivas, sino a El, y cuando El nos lanza a la obscuridad para que utilicemos la fé pura, apretemos hacia adelante por medio de la obscuridad que agoniza.
Tomado y adaptado de Manantiales en el desierto de L. B. Cowman