Falsas y Buenas Ideas Acerca de las Pruebas
Falsas ideas acerca de las pruebas.
¿Cuáles son algunas ideas malinterpretadas o reacciones equivocadas que a veces tenemos frente a las pruebas?
Estas son algunas ideas falsas y antibíblicas, y algunas respuestas erróneas:
– Pensar que Dios me está castigando: «¿yo que hice? ¿Por qué debo sufrir esto?
– Pensar que Dios me está sancionando: «¿y ahora qué hice?»
– Pensar que Dios me está juzgando: «Dios debe estar enojado conmigo».
– Pensar que Dios me ha olvidado: «Me ha vuelto la espalda. Me ignora. Ya no soy importante para Él».
– Acobardarse y temer dar cualquier paso o avanzar: «No me atrevo a salir de casa. Algo más podría sucederme».
– Enojarse con Dios, con otros, y consigo misma: «¿Cómo puedes hacerme esto, Dios? Estoy harta de esta gente. Nunca haré algo bien. ¡Olvidemos todo este asunto del cristianismo!»
– Reaccionar con cierta incredulidad: «Yo pensé que ser cristiano significaba ser feliz y gozar de una vida sin problemas».
– Reaccionar con frustración: «Esto es absurdo. Puedo tener una vida mejor sin esto».
– Atribuir maldad a Dios al creer que Él se deleita en tu sufrimiento: «¿Esto te divierte, Dios?»
-Desestimar la prueba: «Es mi destino, una coincidencia, algo que ocurrió por azar, un poco de mala suerte».
– Subestimar a Dios: «Yo sé que Él lo sabe todo y que se interesa, pero supongo que simplemente no puede evitar que esas cosas sucedan; quizá es incapaz de detenerlas».
– Ver las pruebas como una interferencia, una molestia o una interrupción: «No es más que un problemita molesto que me toca soportar».
Buenas Ideas acerca de la Pruebas
Un muy buen cristiano y probado, evaluó sus pruebas de la siguiente manera:
Si la Biblia NO me dijera en Santiago 1:2 «tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas», no me pondría a disciplinar mi mente en obediencia como lo hago ahora. La prueba que enfrento en este momento me ha llevado a buscar el corazón, la mente y la voluntad del Señor, y a aferrarme a Él como nunca antes. Agradezco que me hayan enseñado a hacerlo, a tener mis pruebas por sumo gozo, y a perseverar en la fe. De lo contrario, el dolor, el sufrimiento y la confusión serían insoportables. Esta semana, al poner en práctica este, y otros versículos, busqué obedecer y considerar mis motivos de gozo:
– Puedo ver la mano y la obra de Dios en mi vida. Veo además una fidelidad asombrosa cuando Dios me habla por medio de sus amados y de sus siervos.
– Busco vivir la vida a la cual Él me ha llamado, con un con un fervor inusitado.
– Aprendo Sus verdades con una profundidad sin precedentes.
– Veo cómo crecen, sin esforzarme, relaciones inesperadas que se han traducido en grandes oportunidades para comunicar mi gozo y mi fortaleza.
– Puedo comprender mejor a otras personas que sufren porque he experimentado el dolor, el rechazo y las heridas.
El anhelo de mi corazón es ser un cristiano maduro que sirve a Dios con todo su corazón, su mente y su voluntad. Tengo por sumo gozo el hecho que Él me ama y se interesa tanto por mí que me prueba y me hace crecer.
Aprenda usted también a manejar las Pruebas.
Tomado de: La Senda de en medio de los Problemas, por E. George.