LEVÁNTATE Y POSEE LO QUE EL SEÑOR TE DIO; NO ESPERES QUE ÉL LO COLOQUE EN TUS MANOS.
Levantaos, porque hemos explorado la región y hemos visto que es muy buena: Y vosotros os estáis quedos? No seáis perezosos en poneros en marcha para ir a poseer la tierra … pues que Dios la ha entregado en vuestras manos; lugar donde no hay falta de cosa que sea
en la tierra.»
(Jueces 18 :9, 10.)
¡LEVANTAOS! Luego entonces, hay algún definitivo que tenemos que hacer. Nada es nuestro a no ser que lotomemos. «Los hijos de José, Manasseh y Ephraim, t<‘1naron su herencia.» (Josué 16:4.) «La casa de Jacob poseerá sus posesiones» (Abdías 17.) «El recto
poseerá buenas cosas.»
Necesitamos tener la fé de posesión con respecto a las promesas de Dios. Debemos de hacer la Palabra de Dios nuestra propia posesión personal. Una vez se le preguntó a un niño, en que consistía la fé de posesión y respondió, «Consiste en tomar un lápiz y subrayar en la Biblia lo que dice ésto es mío, ésto me pertenece.»
Toma cualquier palabra que te guste de las que El ha hablado y dí, «Esa palabra es mi palabra.» Pón tu dedo sobre una promesa y dí: «Es mía.» ¿Cuántos deseos de Cristo has cumplido durante tu vida?
«Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo que yo tengo es tuyo.» No pierdas tu herencia por descuido y falta de fe activa poseedora.
«Cuando la fe va al mercado, siempre lleva su cesto.»
Tomado de Manantiales en el desierto de L. B. Cowman