Fuentes: BBC, Reuters, CP Mundo

Militantes Musulmanes, enojados por el asesinato de un imán, buscan represalia por la quema de una iglesia del Ejército de Salvación en octubre, es la Cuarta en la ciudad costera de keniana de Mombasa. Mientras el ataque se producía otros jóvenes militantes bloqueaban la carretera principal que conducía a la iglesia y la policía obligo a usar gases lacrimógenos y disparos para dispersarlos disturbios que estaban fuera de control. Según la Cruz Roja, cuatro personas murieron y al menos hubieron siete heridos durante los enfrentamientos entre la policía y los rebeldes, mientras que la iglesia estaba ardiendo en llamas.

Un portavoz de las fuerzas de seguridad del país, explicó que el día antes del ataque de la iglesia, el imán, el jeque Ibrahim Omar, fue muerto en un tiroteo después de predicar en una mezquita vinculada al Shabab, el grupo extremista somalí es la responsable de la tortura y matanza de 67 personas en el ataque del 21 de septiembre en Nairobi de Westgate Mall. El gobierno de Kenia ha anunciado que pondrá en marcha una guerra contra los extremistas debido a su implicación de las horribles atrocidades que tuvieron lugar durante el ataque del centro comercial. Sin embargo, su líder en seguridad, Robert Kitor, ha asegurado públicamente que las fuerzas de seguridad no estaban involucradas en el asesinato de Sheikh Omar.

Las palabras nunca pueden expresar la profundidad de la tristeza, shock, horror y devastación causada por los extremistas islámicos en la vida de tantas personas víctimas inocentes y sus seres queridos, así como los miembros de su comunidades. Que el Dios de toda consolación haga su maravillosa presencia, de sanación y paz, y les conceda la seguridad de que la rectitud y la justicia están en manos del Señor. No sólo el Señor conocer los nombres de cada autor, Él también conoce sus propios pensamientos,las acciones y las intenciones de cada corazón. Ore para que los miembros de este grupo militante despierten a su justicia, y que experimenten una gran convicción y conciencia de su pecado, que sucumba a la transformación de las vidas por el poder del Espíritu Santo.